Atlético de Madrid y Real Madrid calientan motores para el derbi de vuelta de octavos de final de la Copa del Rey, que se jugará el próximo jueves, 15 de enero, a las 20.00h en el Santiago Bernabeu bajo el control del técnico valenciano Mateu Lahoz. Un partido que, además del lógico interés demostrado por sus aficiones, también será seguido con expectación por el Barça, futuro rival en cuartos del equipo vencedor de esta jornada.
La cita copera se presenta intensa; sobre todo después de la ventaja obtenida por los de Simeone en el partido de ida que se celebró el pasado 7 de enero en el Vicente Calderón, donde los goles anotados por Raúl García y por Giménez permitieron a los rojiblancos conseguir una ventaja de tres puntos con respecto al Real Madrid. Tras este primer asalto, con resultado 2-0, parece que los blancos lo tienen complicado para alcanzar el pase a cuartos: para clasificarse deben vencer por 3-0 al Atlético o conseguir una diferencia de tres goles; un reto considerable a la vista del poderío demostrado por la escuadra de “El Cholo” en el pasado partido de ida.
En la eliminatoria del jueves veremos cómo el Real Madrid busca la remontada enfrentándose, en casa, a la acorazada defensa de los colchoneros. Los de Ancelotti contarán con el apoyo incondicional de su afición, que apuesta por el buen juego de los blancos. El ambiente en las gradas del Santiago Bernabeu está asegurado y, a un día del encuentro, las entradas para el Derbi se encuentran prácticamente agotadas.
Por su parte, el Atlético busca mantener el dominio en este partido para conseguir la revancha ante un contrincante con el que comparte una intensa historia: un Real Madrid que, en 2014, le arrebató el pase a la final de la Copa del Rey y ante el que sucumbió en la última jornada de la Champions League.
La rivalidad entre escuadras, entrenadores y aficiones será el aliño de este encuentro: un clásico del futbol español que, desde la llegada de “El Cholo”, ha recuperado la esencia y competitividad de antaño, después de más de una década de supremacía galáctica durante la cual era rutina que el Real Madrid se convirtiese en campeón del Derbi.