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La “ÑBA” sigue imponiendo el ritmo

Marc Gasol, jugador de la selección española de baloncesto.

Marc Gasol, jugador de la selección española de baloncesto.

Bajo la tutela de Marc Gasol el combinado español ha demostrado ser uno de los más completos del torneo que se disputa en China. Invictos van ahora por el objetivo de llegar a los cuartos de final. 

La ÑBA sigue machacando. La nueva generación del baloncesto español no desentona y en China siguen demostrando que son la mejor del mundo, después de los Estados Unidos. Los de Sergio Scariolo avanzaron si problema a la segunda ronda y se perfilan a ser el equipo a vencer después de un quinteto americano que no tiene las mismas agallas del pasado.

El triunfo (67-60) ante Italia en segunda ronda le pone a tiro de los cuartos de final. Es verdad que esta nueva generación no es tan avasallante como la generación pasada, pero sigue siendo efectiva con un núcleo que tiene a la cabeza a piezas como Marc Gasol, líder del grupo, y Ricky Rubio, quien más maduro, está aportando mucho en la conducción del equipo.

España sigue siendo un equipo fuerte, sobre todo bajo la pintura, donde está un Gasol que ha podido suplir la ausencia de su hermano con un predominio tal, que todavía no se ha topado con un rival, que le frene, que le haga jugar a su máxima expresión. A media máquina, el catalán, se ha convertido en una de las figuras de una Copa del Mundo que se percibe como un torneo, donde habrá sorpresas, sobre todo en la nueva identidad del nuevo monarca.

En cuatro partidos, el actual campeón de la NBA, tiene una estadística más que envidiable, donde sus 11,8 puntos por duelo, más 5,8 rebotes y 2,3 asistencias por choque le hacen uno de los jugadores más destacado hasta ahora en China.

No solo Gasol, también hay otras piezas que están aportando mucho y haciendo que España siga subiendo en las apuestas para llevarse el trono ecuménico. Allí está un Willy Hernángomez, que ha sabido ser un perfecto escudero para un jugador que tiene el ADN necesario para liderar un proyecto al corto y largo plazo.

El torneo de China se está pareciendo mucho al que fue en Japón hace 13 años. En ese entonces, España venía de un proceso generacional encabezados por los chavales campeones del Mundial juvenil de Lisboa en el 99. Nadie veía a los ibéricos lograr la hazaña y de inicio a fin con un baloncesto demoledor pudieron vencer a todos los rivales que se le encararon, hasta la Argentina de Ginobilli, la cual venía de ser campeona olímpica en Atenas.

Ahora toca enfrentar a una Serbia, que sin mucha publicidad, viene haciendo el trabajo. Los balcánicos vienen de humillar a Puerto Rico y así asegurarse junto a España un sitio entre los 8 quintetos mejores del planeta. Una victoria ante los de Europa del este puede significar el aluvión final que necesitan los de Scariolo, para creerse seriamente la posibilidad de llegar a la final y destronar a los Estados Unidos.

La ÑBA tiene todas las herramientas para lograr el objetivo. De Hacerlo se asegura la posibilidad de extender su legado en Europa y su supremacía en el baloncesto FIBA, donde en los últimos 20 años ha tenido un protagonismo esencial en los torneos organizados por el máximo ente de un deporte que quiere salir de la sombra del fútbol y ganarse el lugar que merece en el panorama deportivo internacional, donde aún no ha logrado consolidar su marca en las preferencias de la afición.

China podría ser la nueva Japón para los de Scariolo. Asia le viene bien al baloncesto español. Solo resta esperar y disfrutar de la segunda ronda de un torneo que ha dado la talla en todos los sentidos.


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