El nuevo pívot de los Lakers se operó en abril de una hernia discal y todavía le quedan dos meses de recuperación.
Dwight Howard llega a Los Angeles Lakers con la difícil tarea de subir al Olimpo de los pívots que forjaron su leyenda en la franquicia de oro y púrpura como George Mikan, Wilt Chamberlain, Kareem Abdul-Jabbar o Shaquille O’Neal.
De momento el ya exjugador de los Orlando Magic se presenta como la estrella necesaria para que los Lakers no solo se proclamen campeones de la Conferencia Oeste, lo que está a 2,40, sino que conquisten el título de la NBA (3,80), relevando a los Miami Heat (3,30) de su trono.
De momento existen ciertas dudas acerca de si Howard podrá comenzar la temporada regular desde el inicio, previsto para el 30 de octubre. La hernia discal de la que tuvo que ser operado el 20 de abril necesita un periodo de recuperación de seis meses como mínimo evitando cualquier tipo de complicación.
Sin embargo, el propio jugador ha declarado que no está «demasiado preocupado» por su actual estado de rehabilitación, e incluso se muestra motivado por volver al terreno de juego «con más fuerza».
El director general de la franquicia, Mitch Kupchak, es de la misma opinión y asegura que confía plenamente no solo en que Howard podrá estar en el arranque de la temporada, sino que además ya estará recuperado para cuando se inicien los entrenamientos y los partidos de la pretemporada.
